sábado, 10 de abril de 2010

EL SISTEMA DIGESTIVO

I.-



El hombre es un animal heterótrofo porque no posee la capacidad de sintetzar los nutrientes que necesita. Esta modalidad de nutrición requiere una organización estructural y funcional que permita la incorporación, degradación y asimilación de las sustancias nutritivas: el sistema digestivo.

¿Qué función cumple el sistema digestivo en la nutrición en el hombre?



SISTEMA DIGESTIVO: es un conjunto de estructuras que hacen posible la de gradación de los alimentos en sustancias más simples que pueden ser transportadas, incorporadas y utilizadas por las células.

¿Qué estructuras posee el sistema digestivo para cumplir sus funciones?




Las estructuras que posee el aparato digestivo son:

La boca

El esófago

El estómago

El intestino delgado

El intestino grueso

Las glándulas anexas

- Salivales
- Hígado
- Páncreas




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EL SISTEMA DIGESTIVO

II.-


a.- La boca.



Situada en la parte inferior de la cara, tiene la forma de una cavidad hueca por donde se ingieren los alimentos.




Las partes principales de la boca son los dientes, la lengua y las glándula salivales.

A través de ella ingresan los alimentos, es decir, se realiza la ingestión. Los dientes son las piezas que realizan la masticación.


Cada diente consta de tres partes: la raíz. el cuello y la corona.



En la parte interna de un diente hay pequeños capilares sanguíneos y terminaciones nerviosas que constituyen la pulpa dentaria. La parte externa o corona esta cubierta por una sustancia muy dura llamada esmalte.

El ser humano tiene dos tipos de dentadura: la temporal que va de los seis meses a los seis años aproximadamente y que consta de veinte piezas dentarias, y la definitiva que comienza a aparecer a partir de los seis años. Consta de treinta y dos piezas. Para mantener dientes sanos es necesario mantenerlos limpios y cepillados de restos de comidas, para evitar la putrefacción (caries dental). La bacteria acidogénica oral, que siempre está presente en la boca.



Durante el desarrollo de los maxilares, el hombre tiene dos conjuntos de dientes. Uno temprano, decidual o "de leche" (sin premolares) y uno definitivo (adulto). En el momento de la erupción de estos dientes varía, pero usualmente se conforma el siguiente panorama:



Dientes deciduales............ Erupcionan a los


Incisivos mediales........... 6 - 8 meses

Incisivos laterales........... 8 - 10 meses

Primeros molares........... 12 - 16 meses

Caninos........... 16 - 20 meses

Segundos molares.......... 20 - 30 meses

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Dientes deciduales.......... Erupcionan a los

Primeros molares.......... 6 -7 años

Incisivos mediales......... 6 -8 años

Incisivos laterales.......... 7 - 9 años

Caninos.......... 9 - 12 años

Primeros/segundos premolares.......... 10 - 12 años

Terceros molares (del juicio)........... 17 - 21 años

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Maxilares










La masticación de los alimentos.



La masticación consiste en romper y triturar los alimentos con los dientes, los cuales pueden ser de tres clases incisivos que se encargan de cortar los alimentos y que tienen una forma afilada parecida a los bordes de una tijera; los caninos que sirven para desgarrar los alimentos; y los molares, cuya forma aplanada y su gran potencia permiten triturar los alimentos. Mezcla de los alimentos con la saliva. Los alimentos deben mezclarse con suficiente cantidad de saliva, líquido fabricado por las glándulas salivales, de manera que éstos puedan empaparse bien y así facilitar la digestión. La lengua es un órgano musculoso dotado be una gran movilidad. Contribuye con sus movimientos activos a empapar o remojar los alimentos con la saliva; éstos, ya masticados y remojados, forman el bolo alimenticio. el cual es empujado por la lengua hacia la faringe y posteriormente hacia el esófago, ayudado por los movimientos rítmicos de los músculos que forman la pared del esófago.

Caries dental



Los dientes son susceptibles de sufrir un proceso de putrefacción (caries dental).

La bacteria acidogénica oral, que siempre está presente en la boca, reacciona con los hidratos de carbono para formar ácidos capaces de disolver el esmalte. La desintegración del esmalte permite la penetración de otras bacterias en la dentina. Con el tiempo, la caries origina una cavidad, o agujero, en la estructura del diente. La extensión de la caries produce la infección del tejido de la cavidad pulpar que al final conduce a necrosis o formación de abscesos, que si no se detiene pueden llegar a afectar al maxilar. El proceso de las caries se acompaña de la formación de gases putrefactos. Si se obstruye la entrada en la cavidad pulpar, se produce un dolor severo a medida que aumenta la presión de los gases. En muchos casos, el diente se puede tratar con terapia del conducto radicular que elimina el material infectado que se encuentre en él. En los casos graves el diente se extrae.



Es necesario que el tratamiento dental sea precoz para evitar complicaciones serias, ya que los dientes, a diferencia de la mayoría de otros órganos, no son capaces de regenerarse. Sin embargo, es posible restaurar el diente; para ello, se elimina el material necrosado de los dientes y se sustituye con un material inerte de relleno. El relleno puede ser de oro, plata, amalgama, porcelana, cemento sintético o plástico. Algunas veces los dientes dañados o enfermos se enfundan, es decir, se coloca una corona nueva o se cubren con un material apropiado. En los últimos años, es muy habitual el implante de dientes falsos en el lugar de losdientes dañados.




La higiene dental adecuada y las revisiones periódicas ayudan a prevenir que los dientes enfermen. Una dieta bien equilibrada con un aporte mínimo de hidratos de carbono puede reducir las infecciones dentales. El cepillado de los dientes después de las comidas para eliminar los residuos de alimentos ayuda a reducir las caries. Los dientes se deben cepillar en la dirección de su crecimiento para evitar la irritación de la encía.

Descubrimientos en el pasado reciente

En 1949, los científicos demostraron que la aplicación directa sobre la superficie de los dientes de una solución de fluoruro de sodio al 2% reduce en un 40% la caries dental. Los experimentos indican que la adición de una parte de fluoruro en un millón de partes de agua potable disminuye hasta un 65% la incidencia de caries. Aunque con una fuerte oposición por parte de varios grupos, se ha demostrado que la fluoración frena de forma eficaz el desarrollo de caries dental en los niños.



b. - El esófago



Está ubicado a continuación de la cavidad bucal y su formar corresponde a un tubo alargado y hueco de paredes musculares.

Cumple la función de conducir el alimento hacia el estómago, lo que puede hacer gracias a que sus paredes musculares se mueven rítmicamente empujando el bolo alimenticio formado en la boca. El movimiento de los alimentos en todo el sistema digestivo se realiza de igual forma que en el esófago y recibe el nombre de movimiento peristáltico.



Imagen de Wikipedia




EL SISTEMA DIGESTIVO

III.-


c.- El estómago



El estómago es una continuación del tubo digestivo. Está dividido en fondo, cuerpo y antro.Externamente se encuentra cubierto por el peritoneo visceral. Tiene capas de musculatura longitudinal, circular y oblicua que facilita los movimientos necesarios para mezclar los alimentos con los jugos gástricos. Internamente, está formado por una mucosa en la que se localizan las glándulas gástricas formadas por dos tipos de células: las principales, que producen pepsinógeno y las parietales,que secretan ácido clorhídrico.

Estructura del estómago




Está situado en la cavidad abdominal, bajo el hígado, al costado izquierdo del cuerpo. Es un ensanchamiento del tubo digestivo que continúa inmediatamente después del esófago y tiene la forma de una bolsa curvada. Tú puedes palparlo si hundes un poco tus dedos por debajo de las costillas izquierdas. Las paredes del estómago son musculosas, y su elasticidad les permite ensancharse cuando es necesario almacenar una gran cantidad de alimento.




El estómago presenta dos orificios o válvulas de comunicación el cardias que lo comunica con el esófago, y el píloro que lo comunica con el intestino delgado. El cardias da paso al bolo alimenticio desde el esófago al estómago y se cierra para impedir que retroceda. El píloro se abre para permitir el paso de la masa alimenticia del estómago al intestino delgado y se cierra para impedir su retroceso. Los movimientos del estómago. Los músculos del estómago son muy potentes y producen un movimiento ondulatorio que hace que los alimentos se mezclen con los jugos gástricos; así los alimentos que antes eran sólidos se transforman lentamente en una masa líquida y espesa llamada quimo. No todos los alimentos, son digeridos en el estómago al mismo al mismo tiempo algunos alimentos tardan más que otros. Por ejemplo, la carne de vacuno y las grasas demoran varias horas en digerirse; en cambio las frutas y verduras pasan al intestino en una o dos horas. La digestión en el estómago. En el estómago se realiza la fase de la digestión, en la: cual los alimentos sufren grandes transformaciones.




Los jugos gástricos secretados por el estómago y ayudados por los movimientos estomacales, desmenuzan los alimentos y los separan en sus elementos más simples, es decir, en azúcares, proteínas, grasas y vitaminas. Poco a poco se va formando en el estómago el quimo, el cual está formado por una disolución acuosa de azúcares y proteínas junto con las grasas que aún no han sido digeridas del todo. A veces, ocurre que el alimento del estómago se devuelve a la boca a medio digerir. Este fenómeno recibe el nombre de vómito, y se produce porque no se cierra: bien el paso entre el esófago y el estómago. Los alimentos transformados en quimo, deben pasar luego al intestino delgado a través del píloro.




d.- Las glándulas anexas



El hígado y el páncreas son glándulas anexas al tubo digestivo. Se trata de dos vísceras cuya función digestiva principal es fabricar una serie de jugos que contribuyen a que la digestión se realice en forma eficiente.

El Páncreas



El páncreas es un órgano complejo. Mide unos 15 cm de longitud, 4 de ancho y unos 2 cm de espesor. Sus funciones exocrinas son producir enzimas y bicarbonato de sodio.

Las enzimas producidas en los acinos pancreáticos facilitan la digestión de los nutrientes de naturalezaproteica, lipídica o de hidratos de carbono en el duodeno. El bicarbonato neutraliza el pH ácido del quimo estomacal y ofrece el ambiente químico adecuado para la acción enzimática.

La función endocrina se realiza en un grupo de células llamadas Alfa y Beta, las cuales producen glucagón e insulina, respectivamente.


El Hígado



• El hígado es uno de los órganos más voluminosos. Se ubica en el costado superior derecho de la cavidad abdominal, cubriendo parcialmente al estómago. Es uno de los órganos que cumple más funciones en el organismo, algunas de las cuales son:

  • — Producir y secretar la bilis, sustancia que hace soluble las grasas, facilitando la digestión. Este proceso se conoce con el nombre de emulsión de grasas.
  • — Almacenar glucosa, en la forma de glucógeno, un hidrato de carbono más complejo.
  • — Almacenar hierro y vitaminas.
  • — Sintetizar muchas proteínas presentes en la sangre, como por ejemplo las albúminas.
  • — Detoxificar medicamentos y venenos que ingresan al cuerpo.
  • — Eliminar glóbulos rojos viejos (seniles).
  • — Participar en el metabolismo de grasas, hidratos de carbono y proteínas.


Las células hepáticas secretan continuamente bilis en pequeñas cantidades, la que es conducida hasta el duodeno a través de conductos específicos: el conducto hepático común y el colédoco.

En el hombre, hay un pequeño saco membranoso encargado de almacenar parte de la bilis producida por el hígado: la vesícula biliar. En este lugar la bilis se concentra y puede ser liberada al intestino delgado a través del conducto cístico, y luego por el conducto hepático común.

Las secreciones hepáticas no contienen enzimas digestivas, a diferencia de la saliva y los jugos gástricos. Sin embargo, la bilis desempeña la importante función de emulsionar los lípidos presentes en los alimentos y, de esta forma, facilitar la digestión intestinal.








EL SISTEMA DIGESTIVO

IV.-


e. - El intestino delgado




Situado en la cavidad abdominal, un tubo alargado y hueco con paredes mAs delgadas que las del estómago. Mide unos 7m de longitud. Es la estructura más larga del sistema digestivo. Tú puedes reconocer su ubicación en tu cuerpo con sólo pasar tu mano alrededor del ombligo. Se divide en tres partes: duodeno, yeyuno e íleon.




El duodeno es la parte más cercana al estómago; el yeyuno, la porción media, y el íleon es el tramo final, el que está más cerca del intestino grueso.

Al igual que el estómago, el intestino delgado tiene unos músculos muy potentes que al moverse hacen que los alimentos vayan avanzando. La mucosa del intestino delgado, es decir, su pared interior, no es lisa, sino que presenta: una gran cantidad de pequeños "pelitos" llamados vellosidades intestinales.









Las vellosidades intestinales están regadas internamente por pequeños vasos sanguíneos, tanto arteriales como venosos. La digestión en el intestino delgado. El hígado y el páncreas vierten los líquidos que fabrican en el intestino delgado. La bilis contribuye a disolver las grasas, lo que facilita su asimilación. Por su parte, los líquidos fabricados por el páncreas completan la digestión de las proteínas y de los azúcares que había comenzado en el estómago. Así pues, con la colaboración indispensable de la bilis y del jugo pancreático se completa en el intestino delgado la digestión de los alimentos, los cuales quedan de ese modo preparados para ser absorbidos. La absorción de los alimentos. Una vez digeridos los alimentos, sus componentes deben pasar a la sangre para ser distribuidos a todos los órganos del cuerpo. El paso de los alimentos a la sangre a través de las vellosidades intestinales se llama absorción. La absorción de los azúcares y las proteínas es bastante sencilla. Sin embargo, las grasas mezcladas con la bilis pasan primero a los vasos linfáticos para entrar luego al torrente sanguíneo, las grasas mezcladas con la bilis y disueltas parcialmente en agua forman un líquido blanco y espeso llamado quilo.




f.- El intestino grueso



Se ubica en la cavidad abdominal. Comienza el costado inferior derecho de nuestro cuerpo, hasta cerca de las costillas, cruza al costado izquierdo y luego baja hasta llegar al punto de salida que es el ano. Al inicio de él se encuentra el apéndice con forma de tubo hueco más ancho, más corto y de paredes mas gruesas que el que el intestino delgado. Tiene aproximadamente un metro de largo y sus distintos tramos reciben el nombre de, ciego, colon y recto.






El ciego y el íleon



El ciego es una parte del intestino grueso que tiene forma de saco y que se prolonga en el colon, que es parte más larga del intestino grueso. Finalmente, el recto comunica con el exterior a través del ano. Respecto de la eliminación de desechos, no todas las sustancias que forman los alimentos son utilizados o aprovechados; algunas de ellas, llamadas nutrientes, son absorbidas por el torrente sanguíneo a nivel del intestino delgado.





El resto de lo consumido pasa al intestino grueso, conocido también como colon, lugar donde se produce la absorción del agua que ingresa al sistema: circulatorio. Al perder esa masa semi líquida el agua que llegó al intestino grueso se transforma en una más sólida. En todo el proceso digestivo se han ido agregando líquidos que han permitido la transformación de los alimentos; este nuevo paso del agua al sistema circulatorio es beneficioso para el organismo, porque así se evita que sea eliminada totalmente como desecho fecales y se produzca la deshidratación. ¿Cómo explicamos entonces la diarrea o colitis? En algunos ocasiones, por no lavarse bien las manos y llevárselas a la boca, o tal vez, por consumir algún alimento contaminado, ingresan a nuestro sistema digestivo algunos microbios patógenos (que producen enfermedades) y éstos provocan una irritación de la pared interna o mucosa del intestino grueso. Por efecto de la irritación de la pared, el agua no alcanza a ser reabsorbida, el contenido es más líquido y el paso de los desechos (heces fecales) es más rápido que lo normal. El peligro a que se expone una persona con diarrea frecuente es la deshidratación, ya que está eliminando el agua: como desecho. En síntesis podemos decir que todos los alimentos pasan por cuatro etapas a través del tubo digestivo.

Ingestión.


Corresponde a la entrada de los alimentos en nuestro cuerpo. Los alimentos se mastican en la boca y pasan por el esófago hasta el estómago.

Digestión.


Es la transformación de los alimentos en sustancias nutritivas simples. Esta transformación se realiza en el estómago y en el comienzo del intestino delgado. En ella participan los jugos que producen el estómago, el hígado y el páncreas.

Absorción


Es el paso de las sustancias nutritivas a la sangre y se produce en el intestino de.lgado.

Defecación.


Corresponde a la expulsión de los residuos alimenticios al exterior. La parte de los alimentos que no se aprovecha pasa al intestino grueso y de allí se expulsa al exterior.




Torso. Aspecto General



APARATO DIGESTIVO


1. - INTRODUCCIÓN




Aparato digestivo, conjunto de órganos que, por medios químicos y mecánicos, transforman los alimentos en sustancias solubles simples que pueden ser asimiladas por los tejidos. Este proceso, llamado digestión, varía entre los distintos grupos de vertebrados; un caso único es el de los rumiantes que poseen microorganismos simbiontes en el estómago que se encargan de digerir la celulosa.

La digestión incluye procesos mecánicos y químicos. Los procesos mecánicos consisten en la masticación para reducir los alimentos a partículas pequeñas, la acción de mezcla del estómago y la actividad peristáltica (actividad motora que facilita el avance del bolo alimenticio) del intestino. Estas fuerzas desplazan el alimento a lo largo del tubo digestivo y lo mezclan con varias secreciones.

Aunque los procesos mecánicos son importantes, la transformación de los diferentes alimentos ingeridos en unidades pequeñas utilizables depende principalmente de los procesos químicos, que se realizan gracias a la acción de distintas enzimas. La digestión química se inicia cuando se ingieren los alimentos; las seis glándulas salivares producen secreciones que se mezclan con los alimentos. La amilasa salival es una enzima presente en la saliva que rompe el almidón en maltosa, glucosa y oligosacáridos. La saliva también estimula la secreción de enzimas digestivas y lubrica la boca y el esófago para permitir el paso de sólidos.

A lo largo del tracto digestivo tienen lugar tres reacciones químicas: conversión de los hidratos de carbono en azúcares simples como la glucosa (véase Metabolismo de glúcidos), ruptura de las proteínas en aminoácidos como la alanina, y conversión de grasas en ácidos grasos y glicerol (véase Grasas y aceites). Estos procesos son realizados por enzimas específicas.

La digestión final y la absorción tienen lugar principalmente en el intestino. La digestión de las grasas ocurre esencialmente en el intestino. Las sales biliares y la lecitina se unen a los monoglicéridos y a los ácidos grasos que de esta forma pueden pasar a través de las células intestinales. Otros nutrientes como el hierro y la vitamina B12 ven facilitada su absorción por la acción de proteínas transportadoras específicas que les permiten pasar a través de las células intestinales.

2. - ACCIÓN EN EL ESTÓMAGO Y EL INTESTINO




El jugo gástrico del estómago contiene agentes como el ácido clorhídrico y algunas enzimas, entre las que se encuentran pepsina, renina e indicios de lipasa. (Se cree que la superficie del estómago está protegida del ácido y de la pepsina por su cubierta mucosa). La pepsina rompe las proteínas en péptidos pequeños. La renina separa la leche en fracciones líquidas y sólidas y la lipasa actúa sobre las grasas. Algunos componentes del jugo gástrico sólo se activan cuando se exponen a la alcalinidad del duodeno; la secreción es estimulada por el acto de masticar y deglutir e incluso por la visión o idea de cualquier comida (véase Reflejo). La presencia de alimento en el estómago estimula también la producción de secreciones gástricas, éstas a su vez estimulan la liberación de secrecciones digestivas en el intestino delgado donde se completa la digestión.

La parte más importante de la digestión tiene lugar en el intestino delgado: aquí, la mayoría de los alimentos sufren una hidrólisis y son absorbidos. El material predigerido que proporciona el estómago es objeto de la acción de tres líquidos: el líquido pancreático, la secreción intestinal y la bilis. Estos líquidos neutralizan el ácido gástrico con lo que finaliza la fase gástrica de la digestión.

El líquido pancreático penetra en el intestino delgado a través de varios conductos (véase Páncreas). Contiene tripsina y quimiotripsina, enzimas que continúan la digestión enzimática de las proteínas en componentes más simples que se pueden absorber y utilizar en la reconstrucción de proteínas del organismo. La lipasa pancreática rompe las grasas; la amilasa pancreática hidroliza el almidón en maltosa (al igual que la amilasa salival), que más tarde otras enzimas rompen en glucosa y fructosa; las nucleasas rompen el ADN y el ARN en nucleótidos. La secreción del jugo pancreático es estimulada por la ingestión de proteínas y grasas.

Las secreciones del intestino delgado contienen varias enzimas cuya función es completar el proceso iniciado por el jugo pancreático. El flujo de las secreciones intestinales es estimulado por la presión mecánica del alimento digerido parcialmente en el intestino.

La función de las sales biliares en la digestión es ayudar a la absorción de las grasas, que emulsionan y las hacen más accesibles a las lipasas que las hidrolizan. La bilis, segregada por el hígado y almacenada en la vesícula biliar, fluye al intestino delgado tras la ingestión de grasas. La observación de una ictericia obstructiva (que impide la secreción biliar) pone de relieve la ineficacia de la digestión de grasas en ausencia de bilis.

La absorción de los productos de la digestión a través de la pared del intestino delgado puede ser pasiva o activa. El sodio, la glucosa y muchos aminoácidos son transportados de forma activa. Por lo tanto, los productos de la digestión son asimilados por el organismo a través de la pared intestinal, que es capaz de absorber sustancias nutritivas de forma selectiva, rechazando otras sustancias similares. Los hidratos de carbono sólo se pueden absorber como monosacáridos; las proteínas se absorben como aminoácidos, aunque ciertas proteínas pequeñas pueden atravesar la barrera intestinal. El estómago y el colon —en el intestino grueso— tienen también la capacidad de absorber agua, ciertas sales, alcohol y algunos fármacos. La absorción intestinal tiene otra propiedad única: muchos nutrientes se absorben con más eficacia cuando la necesidad del organismo es mayor. En el adulto, la superficie replegada de absorción del intestino supone 140 m2. La absorción está favorecida también por la longitud del intestino delgado que es de 6,7 a 7,6 m como valor medio.

Las sustancias hidrosolubles, tales como minerales, aminoácidos y algunos hidratos de carbono, pasan al sistema de capilares del intestino y a través de los vasos del sistema portal, directamente al hígado. Sin embargo, muchas de las grasas se vuelven a sintetizar en la pared del intestino y son recogidas por el sistema linfático (véase Linfa), que las conduce a la circulación sistémica a través del sistema de la vena cava (véase Corazón). Con ello se evita el primer paso a través del hígado (véase Aparato circulatorio).

3. - EXCRECIÓN




El material no digerido se transforma en el colon en una masa sólida por la reabsorción de agua hacia el organismo. Si las fibras musculares del colon impulsan demasiado rápido la masa fecal por él, ésta permanece semilíquida. El resultado es la diarrea. En el otro extremo, la actividad insuficiente de las fibras musculares del colon produce estreñimiento. Las heces permanecen en el recto hasta que se excretan a través del ano.

Muchos trastornos de la absorción reciben el nombre genérico de malabsorción; uno de los más importantes es el esprue. Ver Enfermedades carenciales; Nutrición humana.






Estómago



Localizado en el lado izquierdo del cuerpo, bajo el diafragma, el estómago es un órgano muscular que conecta el esófago con el intestino delgado. Su principal función es la descomposición de los alimentos. Las células de su revestimiento secretan enzimas, ácido clorhídrico y otros productos químicos que continúan el proceso digestivo que comienza en la boca. También produce sustancias mucosas que impiden el contacto con las propias paredes del estómago. Constituye, así mismo, un órgano dilatable de almacenamiento. Un músculo circular que existe en la parte inferior, permite al estómago guardar casi un litro y medio de comida, lo que hace posible no tener que ingerir alimento cada poco tiempo.




Intestino delgado




El intestino delgado es el lugar donde se lleva a cabo la mayor parte de la digestión. El revestimiento interno, o mucosa, está envuelto y cubierto de diminutas proyecciones llamadas vellosidades; un diseño que aumenta la superficie de absorción del intestino. Las contracciones rítmicas de las paredes musculares mueven el alimento en el intestino y al mismo tiempo, es atacado por la bilis, las enzimas y otras secreciones. Los nutrientes absorbidos por los vasos sanguíneos del intestino, pasan al hígado para ser distribuidos por el resto del organismo.


Intestino grueso



Sujeto en el abdomen por las membranas llamadas mesenterios, el intestino grueso es la parte final del aparato digestivo. El material no digerido pasa desde el intestino delgado en forma líquida y fibrosa. En el intestino grueso, los segmentos musculares mueven este material adelante y atrás, mezclándolo por completo. Las células de las paredes lisas absorben vitaminas, minerales y agua. Los residuos condensados, llamados heces, abandonan el organismo a través del recto.






La boca es el punto de entrada del alimento en el cuerpo.

En ella se encuentran diferentes estructuras que lo preparan: Dientes que fragmentan, glándulas que segregan saliva y la lengua que mueve y mezcla todo.

Para fragmentar adecuadamente los diferentes tipos de alimento existen distintos tipos de piezas dentarias: los que cortan, los que desgarran y los que muelen.





Desde la boca el alimento pasa al esófago a través de la faringe.

La faringe es un tramo común de las vías respiratoria y digestiva, es decir, es una vía de paso tanto del aire como del alimento. Para evitar que el alimento vaya a las vías respiratorias hay una especie de tapadera que cierra estas.

Es la epiglotis.




A continuación de la faringe se encuentra el esófago, un tubo de unos 25 cm de longitud que comunica con el estómago mediante un estrechamiento muscular, un especie de anillo que puede abrirse y cerrarse (lo que se denomina un esfínter). Este esfínter se denomina cardias y controla la entrada de alimento en el estómago.

El píloro comunica directamente con el intestino delgado.

El intestino delgado tiene tres tramos: duodeno, yeyuno e ileon.

El último tramo del intestino delgado (ileon) comunica con el intestino grueso mediante la válvula ileo-cecal.

El intestino grueso tiene tres partes: Ciego, colon y recto.







3.- LA DIGESTIÓN OCURRE PASO A PASO.


3.1.- Boca.




En la boca el alimento se mezcla con la saliva formado el bolo alimenticio. La saliva, fabricada por las glándulas salivares, contiene entre otras substancias una enzima digestiva llamada amilasa que inicia la digestión el almidón.





3.2.- Esófago.




En él ocurre una acción mecánica. Mediante los movimientos peristálticos, que son contracciones y dilataciones de los músculos de la pared del esófago, que amasan, mezclan y hacen avanzar el bolo alimenticio hacia el estómago.







3.3.- Estómago.







En su pared interna hay glándulas secretoras de jugo gástrico, que contiene, entre otras substancias, proteasas (enzimas que actúan sobre las proteínas), HCl, es decir, ácido clorhídrico que tiene efecto bactericida y favorece la acción de las proteasas, mucus que actúa protegiendo la pared del estómago de la acción del ácido clorhídrico.

El producto final de la digestión en el estómago recibe el nombre de quimo.





3.4.- Intestino delgado.







El quimo se mezcla con la bilis y con el jugo pancreático (producidos por el hígado y por el páncreas respectivamente) en el duodeno.

La bilis emulsiona las grasas convirtiéndolas en pequeñas gotitas, facilitando así la acción de las lipasas del jugo pancreático. Este jugo contiene, además de lipasas, amilasas y proteasas.






En las paredes del intestino delgado hay otras glándulas que fabrican el jugo intestinal en cuya composición entran de nuevo los tres tipos de enzimas.

La acción conjunta de todas las enzimas producidas en este tramo completa la digestión química de todos los alimentos.

Los movimientos peristálticos se siguen produciendo a lo largo de todo el intestino delgado. .




4.- EL ALIMENTO ESTÁ PREPARADO PARA SER DISTRIBUIDO A LAS CÉLULAS: ABSORCIÓN.



Las moléculas resultantes de la digestión de los alimentos atraviesan las paredes del intestino delgado (ileon) pasando a la sangre y a la linfa. Esta, la linfa, transporta fundamentalmente los productos de la digestión de las grasas, el resto es transportado por la sangre.

Para que este proceso ocurra de manera eficaz las paredes internas del intestino presentan unos pliegues llamados vellosidades intestinales que aumentan la superficie de absorción.







5.- LAS SUBSTANCIAS NO DIGERIDAS PASAN AL INTESTINO GRUESO, DÓNDE OCURREN COSAS IMPORTANTES.



En el intestino grueso tienen lugar tres procesos con los que termina el tránsito de los alimentos por el tubo digestivo.

- Absorción de agua. Toda la digestión se ha realizado en disolución, con el alimento y las enzimas en agua. Ahora, en el intestino grueso, casi toda esa agua va ser recuperada por el organismo.

- Se realiza una digestión suplementaria gracias a las bacterias que viven en simbiosis con nosotros en nuestro intestino (la llamada flora intestinal). De este modo aprovechamos algo de celulosa (que no podemos digerir), pero, sobre todo, esas bacterias nos proporcionan vitaminas, siendo la principal fuente de vitaminasK y B12.

- Se forman las heces fecales, que es la forma de eliminar los residuos de la digestión (no confundir "eliminar los residuos" con "excretar los desechos"). Estas heces avanzan mediante movimientos peristálticos hacia el ano.




6.- NUESTRA SALUD DEPENDE EN BUENA MEDIDA DEL CORRECTO FUNCIONAMIENTO DEL APARATO DIGESTIVO.




IDEAS FUNDAMENTALES



La materia y la energía que necesitamos la obtenemos de los alimentos.

En las células sólo pueden entrar moléculas pequeñas (monómeros), muy escasas en la naturaleza, dónde lo que abundan son grandes moléculas (polímeros)

Por ello hay que transformar los polímeros en monómeros para suministrarle estos a las células. Ello se hace mediante las enzimas digestivas, que son moléculas (proteínas) muy específicas.

El aparato digestivos es el encargado de transformar los alimentos en moléculas sencillas (monómeros). Lo hace mediante un proceso que ocurre paso a paso en sus diferentes partes: boca, faringe, esófago, estomago, intestino delgado (duodeno, yeyuno e ileon), intestino grueso (ciego, colon ascendente, colon transverso, colon descendente y recto) y el ano.

Diferentes enzimas, segregadas por las paredes del intestino o por glándulas especializadas (glándulas anexas) descomponen totalmente el alimento, dejándolo preparado para ser distribuido a las células.

Mediante un proceso de absorción que ocurre en las vellosidades intestinales del intestino delgado, el alimento pasa a la sangre.

Las substancias no digeridas pasan al intestino grueso, dónde ocurren cosas importantes: Se absorbe una gran cantidad de agua, se aprovecha parte de lo no digerido y se forman las heces.

Nuestra salud depende en buena medida del correcto funcionamiento del aparato digestivo.

Además de los nutrientes sólidos y líquidos hay nutrientes gaseosos.

El aparato respiratorio es el encargado de suministrar nutrientes gaseosos y eliminar grases, producto de desecho. Actúa mediante un sistema de conductos que llevan el aire desde la atmósfera hasta la sangre.

Los movimientos respiratorios hacen que el aire entre y salga de los pulmones y en los alvéolos pulmonares se intercambian los gases entre el aire y la sangre.

Las células necesitan oxígeno para oxidar los alimentos y así obtener energía. Lo hacen mediante un proceso del metabolismo llamado respiración celular.

Algunas costumbres, muy enraizadas en nuestra sociedad perjudican la función de los aparatos respiratorio y circulatorio: tabaquismo, contaminación, dieta inadecuada, alcoholismo, falta de medidas higiénicas.

BOCA Y DIENTES






La boca es la puerta de entrada al aparato digestivo, y sus

funciones son fundamentalmente la masticación y la deglución de

los alimentos y la digestión parcial de los almidones por medio de

las enzimas salivales. También participa en la vocalización, y

puede sustituir o complementar a la nariz en la respiración.




Dados lo expuesto de su localización y las funciones que cumple,
es mucho más que una simple puerta de entrada, actuando como
área de absorción, retención y excreción de las sustancias tóxicas
a las que se expone el organismo. Los factores que favorecen la
respiración bucal (estenosis nasal, situaciones emocionales) y el
aumento de la ventilación pulmonar durante el esfuerzo facilitan
la penetración de sustancias extrañas por esta vía o su acción
directa en los tejidos de la cavidad bucal.


La respiración bucal favorece:

• una mayor penetración del polvo en el árbol respiratorio, ya
que la cavidad bucal tiene un cociente de retención (atrapamiento)
de partículas sólidas muy inferior al de la cavidad
nasal;

• la abrasión dental en los trabajadores expuestos a partículas de
polvo de gran tamaño, la erosión dental en los expuestos a los
ácidos fuertes, la caries en los expuestos a polvos de harina o
azúcar, etc.

La boca puede ser la vía de entrada de sustancias tóxicas al
interior del organismo, ya sea por ingestión accidental o por
absorción lenta. La superficie de las membranas mucosas orales
es relativamente pequeña (en comparación con la del aparato
respiratorio o gastrointestinal), por lo que las sustancias extrañas
permanecen en contacto con ella sólo durante breves períodos.

Estos factores limitan considerablemente la absorción hasta de
las sustancias muy solubles, pero esta posibilidad de absorción
existe e incluso se utiliza con fines terapéuticos (absorción perlingual
de fármacos).

Los tejidos de la cavidad oral pueden ser un foco de acumulación
de sustancias tóxicas, no sólo por absorción directa y local,
sino también por transporte a través de la circulación sanguínea.

La investigación con isótopos radiactivos demuestra que incluso
los tejidos que parecen metabólicamente más inertes (como el
esmalte y la dentina del diente) poseen cierta capacidad de
acumulación y muestran un recambio relativamente activo de
ciertas sustancias. Son ejemplos clásicos de depósito los diversos
cambios de color de las membranas mucosas (líneas gingivales),
que a menudo proporcionan una información diagnóstica de
gran valor (p. ej., plomo).

La excreción salival no contribuye a la eliminación de las
sustancias tóxicas del organismo, puesto que la saliva se traga y
las sustancias contenidas en ella se absorben de nuevo, con el
consiguiente círculo vicioso. Por otra parte, esta secreción posee
cierto valor diagnóstico (determinación de sustancias tóxicas en
la saliva); también puede ser importante en la patogenia de
algunas lesiones, puesto que la saliva renueva y prolonga la
acción de las sustancias tóxicas en las membranas bucales. Las
sustancias siguientes se excretan por la saliva: varios metales
pesados, los halógenos (la concentración de yodo puede llegar a
ser 7-700 veces mayor que la del plasma), los tiocianatos (fumadores,
trabajadores expuestos al ácido cianhídrico y a los
compuestos cianogenados) y una amplia gama de compuestos
orgánicos (alcoholes, alcaloides, etc.).


Etiopatogenia y clasificación clínica


Las lesiones de la boca y de los dientes (también llamadas lesiones
estomatológicas) de origen profesional pueden ser debidas a:

• agentes físicos (traumatismos agudos y microtraumatismos
crónicos, calor, electricidad, radiaciones, etc.);

• agentes físicos que alteran los tejidos de la cavidad oral, directamente
o a través de cambios sistémicos;

• agentes biológicos (virus, bacterias, micetos).

Sin embargo, al tratar de las lesiones de la boca y los dientes
de origen profesional, es preferible una clasificación basada en la
localización topográfica o anatómica que otra basada en los
principios etiopatogénicos.



Labios y mejillas.



La exploración de labios y mejillas puede
revelar palidez debida a anemia (benceno, intoxicación por
plomo, etc.), cianosis por insuficiencia respiratoria aguda
(asfixia) o crónica (enfermedades profesionales del pulmón),
cianosis por metahemoglobinemia (nitritos y compuestos orgánicos
nitrogenados, aminas aromáticas), color rojo cereza secundario
a la intoxicación aguda por monóxido de carbono,
pigmentación amarillenta en caso de intoxicación aguda por
ácido pícrico o dinitrocresol o en la ictericia hepatotóxica
(fósforo, pesticidas con hidrocarburos clorados, etc.). En la argirosis
aparece una coloración parda o gris azulada causada por la
precipitación de la plata o de sus compuestos insolubles, sobre
todo en las zonas expuestas a la luz solar.

Los trastornos profesionales de los labios son: disqueratosis,
fisuras y ulceraciones por acción directa de las sustancias cáusticas
y corrosivas; dermatitis alérgica de contacto (níquel, cromo)
que puede incluir también la dermatitis de los trabajadores del
tabaco, eczemas microbianos secundarios al uso de equipo respiratorio
protector sin respetar las normas elementales de higiene,
lesiones debidas al carbunco y al muermo (úlcera cancroide y
pústulas malignas) de los que trabajan con animales, inflamación
causada por la radiación solar en los trabajadores agrícolas y los
pescadores, neoplasias en los que manejan sustancias carcinógenas,
lesiones traumáticas y chancros de los labios en los sopladores
de vidrio.



Dientes.



La coloración debida al depósito de sustancias inertes
o a la impregnación del esmalte por compuestos solubles tiene
un interés casi exclusivamente diagnóstico. Los cambios de coloración
importantes son los siguientes: pardo, por depósito de
compuestos de hierro, níquel y manganeso; pardoverdoso,
debido al vanadio; pardoamarillento, debido al yodo y al bromo;
amarillo dorado, con frecuencia limitado a la línea gingival,
debido al cadmio.

Mayor importancia tiene la erosión dental de origen mecánico
o químico. Incluso en la actualidad, es posible encontrar
erosiones de origen mecánico en ciertos artesanos (debidas a la
costumbre de sujetar clavos o cuerdas, etc., con los dientes), tan
características que pueden considerarse estigmas profesionales .

Se han descrito lesiones causadas por polvos abrasivos en fresadores,
lijadores, canteros y talladores de piedras preciosas. La
exposición prolongada a los ácidos orgánicos e inorgánicos
provoca a menudo lesiones dentales, que afectan sobre todo a la
superficie labial de los incisivos (más rara vez a los caninos); estas
lesiones comienzan por ser superficiales y limitadas al esmalte,
pero se van haciendo más profundas y amplias, alcanzando la
dentina y provocando la solubilización y movilización de las
sales de calcio. Su localización en la superficie anterior de los
dientes se debe a que, cuando la boca está abierta, son estos
dientes los que resultan más expuestos y privados de la protección
natural del efecto tampón de la saliva.

La caries dental es una enfermedad tan común y difundida
que sería necesario un detallado estudio epidemiológico para
poder determinar si, de hecho, tiene un origen profesional.

Elejemplo más típico es la caries de los trabajadores expuestos a
los polvos de harina y azúcar (molineros, panaderos, pasteleros,
trabajadores de la industria azucarera). Se trata de una caries
blanda que se desarrolla con rapidez, comienza en la base del
diente (caries rampante) y progresa de inmediato hacia la
corona. Las caras afectadas adquieren un color negruzco, el
tejido se ablanda y se produce una importante pérdida de
sustancia; en última instancia, la pulpa también se ve afectada.

Estas lesiones comienzan a aparecer al cabo de algunos años de
exposición y su gravedad y extensión aumentan con la duración
de aquélla. Los rayos X también pueden dar lugar a caries
dentales de desarrollo rápido que suelen comenzar en la base de
los dientes.

Además de las pulpitis debidas a la caries y erosión dental, un
aspecto interesante de la patología de la pulpa es la odontalgia
por barotraumatismo, es decir, el dolor dental inducido por la
presión. Este trastorno se debe a la rápida acumulación del gas
disuelto en el tejido de la pulpa después de una descompresión
brusca. Se trata de una de las manifestaciones más frecuentes del
ascenso rápido en aeroplano. En las personas que sufren pulpitis
sépticas-gangrenosas, en las que ya existe un contenido gaseoso,
este dolor dental puede comenzar ya a los 2.000-3.000 m de
altitud.

La fluorosis profesional no causa patología dental, como
sucede con la fluorosis endémica; el flúor sólo induce cambios
distróficos (esmalte moteado) cuando el período de exposición
precede a la erupción de la dentición permanente.

Cambios de las membranas mucosas y estomatitis. Los distintos
cambios de coloración de las membranas mucosas debidos a la
impregnación o precipitación de metales y sus compuestos insolubles
(plomo, antimonio, bismuto, cobre, plata, arsénico) tienen
un valor diagnóstico definitivo. Un ejemplo típico es la línea de
Burton en la intoxicación por plomo, que se debe a la precipitación
del sulfuro de plomo tras el desarrollo de ácido sulfhídrico
en la cavidad oral como consecuencia de la putrefacción de los
restos alimenticios. No ha sido posible reproducir experimentalmente
esta línea de Burton en animales hervíboros.

Existe un cambio de coloración muy peculiar de la membrana
mucosa de la lengua de los trabajadores expuestos al vanadio. Se
debe a la impregnación por pentóxido de vanadio, que posteriormente
se reduce a trióxido. Esta coloración no puede eliminarse,
pero desaparece espontáneamente algunos días después
de concluir la exposición.

La mucosa oral puede ser asiento de lesiones corrosivas graves
debidas a ácidos, álcalis u otras sustancias corrosivas. Los álcalis
producen maceración, supuración y necrosis del tejido, con
formación de lesiones que se desprenden con facilidad. La ingestión
de productos cáusticos o corrosivos provoca úlceras grandes
y muy dolorosas en la boca, el esófago y el estómago, que
pueden evolucionar hacia la perforación y a menudo dejan cicatrices.

La exposición crónica favorece el desarrollo de inflamación,
físuras, úlceras y descamación epitelial de la lengua, el
paladar y otras partes de la mucosa oral. Los ácidos inorgánicos
y orgánicos coagulan las proteínas y causan lesiones ulceradas,
necróticas, que curan con cicatrices estenosantes. Los
cloruros de mercurio y de zinc, algunas sales de cobre, los
cromatos alcalinos, el fenol y otras sustancias cáusticas provocan
lesiones similares.

Un ejemplo básico de estomatitis crónica es la secundaria al
mercurio. Tiene un comienzo gradual, con síntomas poco
prominentes y curso clínico prolongado. Los síntomas son salivación
excesiva, sabor metálico en la boca, halitosis y ligero enrojecimiento
y tumefacción de las encías. Se trata de la primera fase
de una periodontitis que termina por causar la caída de los
dientes. En la estomatitis debida al arsénico, el bismuto, el oro,
etc. se observa un cuadro clínico similar.



Glándulas salivales.


Se ha observado un aumento de la secreción
salival en las situaciones siguientes:

• en distintas estomatitis agudas y crónicas, debido sobre todo a
la acción irritante de las sustancias tóxicas; a veces es de gran
intensidad. Por ejemplo, en la intoxicación crónica por derivados
del mercurio, el síntoma es tan marcado y aparece en
una fase tan precoz, que los trabajadores ingleses lo han denominado
“enfermedad de la saliva”;

• en casos de intoxicación con afectación del sistema nervioso
central, como sucede en la secundaria al manganeso. Sin
embargo, incluso en la intoxicación crónica por mercurio, se
cree que la hiperactividad de las glándulas salivales es, al
menos en parte, de origen nervioso;

• en casos de intoxicación aguda por pesticidas organofosforados
que inhiben las colinesterasas.

Existe disminución de la secreción salival en los trastornos
graves de la termorregulación (golpe de calor, intoxicación
aguda por dinitrocresol) y en la alteración grave del equilibrio
hidroelectrolítico durante el fracaso hepatorrenal de origen
tóxico.

En los casos de estomatitis aguda o crónica, el proceso inflamatorio
puede afectar también, a veces, a las glándulas salivales.

En el pasado, se comunicaron casos de “parotiditis saturnina”,
pero este proceso es tan raro hoy día que parece justificado
dudar de su existencia real.



Huesos maxilares.



Los agentes químicos, físicos y biológicos
pueden causar cambios degenerativos, inflamatorios y proliferativos
del esqueleto de la boca. De los agentes químicos, probablemente
sea el fósforo blanco o amarillo el más importante, ya
que causa la necrosis por fósforo de la mandíbula, tan temida en
un tiempo por los trabajadores de la industria fosforera. La
absorción de fósforo aumenta en caso de lesiones gingivales y
dentales y produce, al principio, una reacción perióstica productiva,
seguida de fenómenos destructivos y necróticos, activados
por la infección bacteriana. El arsénico también causa una estomatitis
ulceronecrótica que puede complicarse con lesión ósea.

La afectación se limita a las raíces de la mandíbula y lleva al
desarrollo de pequeñas láminas de hueso muerto. Cuando el
diente cae y el hueso muerto se elimina, la evolución del proceso
es favorable y la lesión cicatriza casi siempre.

El radio fue la causa de los procesos osteonecróticos maxilares
observados durante la primera Guerra Mundial en los trabajadores
que manejaban compuestos luminosos. Además, la lesión
ósea también puede ser debida a infección.



Medidas preventivas



Todo programa de prevención de las enfermedades bucodentales
debe basarse en los cuatro principios fundamentales siguientes:

• aplicación de medidas de higiene industrial y medicina preventiva,
incluidos control del medio ambiente de trabajo, análisis
de los procesos de producción, eliminación de los peligros
medioambientales y, cuando sea necesario, uso de equipo de
protección personal;

• educación de los trabajadores acerca de la necesidad de una
higiene oral escrupulosa; se ha comprobado en muchos casos
que la ausencia de una buena higiene oral puede reducir la
resistencia a las enfermedades profesionales generales y locales;

• exploración meticulosa de la boca y los dientes cuando se
realizan a los trabajadores exploraciones médicas previas al
empleo o periódicas;

• detección precoz y tratamiento de todas las enfermedades
bucodentales, sean o no de origen profesional.



Anatomía de la boca




En los seres humanos, la boca es parte integral de la digestión, el habla y la respiración. La comida entra en la boca y es triturada por los dientes (digestión mecánica) y por las enzimas secretadas por las tres glándulas salivares que aparecen en la ilustración (digestión química). Junto con la lengua y la cavidad nasal, la boca modifica las ondas sonoras que se originan en la laringe para producir los sonidos del habla. El aire se inhala y se exhala a través de la cavidad oral y de la cavidad nasal.






LENGUA



Lengua, órgano musculoso de la boca, asiento principal del gusto y parte importante en la fonación y en la masticación y deglución de los alimentos.

La lengua está cubierta por una membrana mucosa, y se extiende desde el hueso hioides en la parte posterior de la boca hacia los labios. La cara superior, los lados y la parte anterior de la cara inferior son libres. El resto está unido a la cavidad bucal. Los músculos extrínsecos fijan la lengua a distintos puntos externos y los músculos intrínsecos, que discurren de forma vertical, transversal y longitudinal, permiten muchos y diversos movimientos. La cara superior presenta pequeñas excrecencias que proporcionan a la lengua una textura rugosa, son las papilas gustativas y en ellas reside el sentido del gusto. El color de la lengua suele ser rosado, lo que indica un buen estado de salud; cuando pierde color es síntoma de algún trastorno.

Como principal órgano del gusto, la lengua tiene papilas gustativas que contienen los receptores gustativos y se encuentran dispersas por toda su superficie. Los distintos receptores aparecen concentrados en determinadas zonas de la lengua; de esta manera, los sabores dulce y salado son detectados en la parte anterior de la lengua; el ácido o agrio en los lados, y el amargo en la parte posterior dorsal. En la masticación, la lengua empuja los alimentos contra los dientes; en la deglución, lleva los alimentos hacia la faringe y más tarde hacia el esófago, cuando la presión que ejerce la lengua provoca el cierre de la tráquea. También contribuye, junto con los labios, los dientes y el paladar duro, a la articulación de palabras y sonidos.



Zonas gustativas de la lengua



La lengua está recubierta por unas 10.000 papilas gustativas, que se agrupan en áreas sensibles a los sabores dulces, agrios, salados y amargos. Los componentes químicos de la comida que ingerimos, estimulan a los receptores de cada una de estas zonas y los nervios transmiten estos impulsos al cerebro. El sentido del olfato añade información para conseguir una amplia gama de sabores.




*GLÁNDULAS SALIVARES




Glándulas salivares, glándulas que segregan saliva. La saliva es un líquido ligeramente alcalino que humedece la boca, ablanda la comida y contribuye a realizar la digestión. Las glándulas submaxilares son las más grandes, están localizadas debajo de la mandíbula inferior y desembocan en el interior de la cavidad bucal; las glándulas sublinguales se encuentran debajo de la lengua, y las parótidas están colocadas frente a cada oído. Las glándulas bucales también segregan saliva y están en las mejillas, cerca de la parte frontal de la boca. La saliva de la glándula parótida contiene enzimas llamadas amilasas, una de las cuales, conocida como ptialina, participa en la digestión de los hidratos de carbono.

Las glándulas salivares de los seres humanos, en especial la parótida, se ven afectadas por una enfermedad infecciosa específica, las llamadas paperas.



Glándulas salivares




La comida es triturada por los dientes (digestión mecánica) y por las enzimas secretadas por las tres glándulas salivares que aparecen en la ilustración (digestión química).







En el Cuarto Blanco

Las glándulas salivales producen la saliva, una secreción acuosa, ligeramente alcalina, que contiene moco y lubrica el alimento. En los seres humanos y otros mamíferos la saliva también contiene una enzima digestiva, la amilasa salival, que comienza la digestión del almidón.

La mayor parte de la saliva es producida por tres pares de glándulas salivales. Cantidades adicionales son suministradas por glándulas pequeñas, las glándulas bucales, de la membrana mucosa que tapiza la boca.

Glándulas salivales.


















DIENTES



1. - INTRODUCCIÓN






Dientes, estructuras duras, calcificadas, sujetas al maxilar superior e inferior de los vertebrados y algunos animales inferiores, cuya función principal es la masticación. En algunos animales los dientes tienen también otros cometidos, como roer, cavar o ser utilizados en la lucha. En el curso de la evolución se han desarrollado distintas formas de dientes, desde las simples hileras escalonadas de dientes cónicos que poseen los tiburones hasta las estructuras más complejas habituales en los mamíferos.


2. - DENTADURA HUMANA





En el ser humano, además de en la masticación, los dientes están implicados de forma directa en la articulación del lenguaje, actuando como punto de apoyo contra el que la lengua hace presión para emitir ciertos sonidos. Los dientes afectan también a las dimensiones y a la expresión de la cara, cuya apariencia puede resultar modificada de forma desagradable por la pérdida de una pieza dentaria o por cualquier irregularidad en su crecimiento o coloración.


1. - Estructura de los dientes





Los dientes están formados por una parte externa denominada corona y una raíz que está inmersa en el maxilar. La capa más externa de la corona esta compuesta por un tejido calcificado que recibe el nombre de esmalte, la sustancia más dura del organismo. Por dentro del esmalte se halla la dentina, una sustancia de tipo óseo que se extiende desde la superficie más interna del esmalte y penetra en el maxilar para formar la raíz. La dentina de la raíz está cubierta por una capa delgada de un tejido duro denominado cemento. Las raíces se mantienen en su posición mediante fibras elásticas que forman la membrana periodontal, la cual se extiende desde el cemento hasta una capa ósea engrosada denominada lámina dura, en el interior del maxilar.
La dentina encierra la cavidad pulpar que se continúa en la raíz como el conducto radicular. A través del orificio que se abre en el extremo de la raíz, penetran vasos sanguíneos, nervios y tejido conjuntivo, que ocupan el conducto radicular y la cavidad pulpar.



2. - Desarrollo embriológico





En el embrión humano, el desarrollo de la yema o primordio del diente se inicia en el segundo mes después de la concepción. El esbozo dental está formado por tejido externo o ectodermo, e interno o mesodermo. El ectodermo se calcifica en prismas de esmalte que cubren la corona. Tras el depósito del esmalte, el mesodermo se diferencia en la porción de dentina de la corona y la cavidad pulpar. A medida que se desarrolla el embrión, el proceso de calcificación se traduce en la formación de la raíz y de un conducto radicular amplio, a través del cual los vasos sanguíneos, los nervios y el tejido conjuntivo penetran en la cavidad pulpar. Al tiempo que se produce la erupción de la corona y la elongación de la raíz, la cavidad pulpar y el conducto radicular se estrechan debido a la continua producción de dentina por células especiales dentro de la pulpa. Conforme el diente continúa su desarrollo, la corona es empujada a través de la encía por una fuerza eruptiva.


3. - Dientes de leche y permanentes





El ser humano tiene 20 dientes que utiliza durante la fase inicial del desarrollo de los maxilares y que reciben el nombre de dientes de leche o de la infancia. A medida que los maxilares crecen, estos dientes son reemplazados por otros 32 dientes permanentes de mayor tamaño. Como resultado del crecimiento y ampliación de los maxilares, las raíces de los dientes de leche se separan y dejan espacio para que los dientes permanentes, más grandes, se desarrollen. La presión de los dientes permanentes en crecimiento provoca que los tejidos mandibulares reabsorban las raíces de los dientes de leche, dejando sólo las coronas. Al tiempo que emergen los dientes permanentes, cada uno de ellos desaloja la corona del diente de leche correspondiente.


4. - Tipos de dientes





Por lo general, las coronas de los dientes permanentes son de tres tipos: los incisivos, los caninos o colmillos y los molares. Los dientes delanteros o incisivos tienen forma de escoplo para facilitar el corte del alimento. En cada cuarto de la boca existe un incisivo central y lateral. Detrás de los incisivos hay tres piezas dentales utilizadas para desgarrar. La primera, el canino, que se sitúa justo posterior al incisivo lateral, tiene una única cúspide puntiaguda. Detrás de éste existen dos dientes denominados premolares, con dos cúspides cada uno. Detrás de los premolares están el primero, el segundo y el tercer molar, que tienen una superficie de masticación relativamente plana, lo que permite triturar y moler los alimentos. Por lo general, la comida se corta con los dientes incisivos frontales, su tamaño se reduce por los caninos y premolares, y adquiere un tamaño digerible por los molares. Los dientes humanos todavía están evolucionando. Los expertos en dentición piensan que el tercer molar o muela del juicio desaparecerá a medida que el maxilar humano se reduzca y los alimentos refinados eliminen la necesidad de molares adicionales.


5. - Alineación de los dientes





La secuencia de la erupción de los dientes en la mandíbula superior e inferior se produce de forma ordenada. Las irregularidades ocasionales en la secuencia de erupción pueden originar un alineamiento defectuoso. En algunos casos, el diente de leche no se cae o el permanente puede no existir. En otros, el diente permanente puede estar ocluido entre el hueso de la mandíbula y la raíz de otro diente, por lo que su erupción es imposible. También pueden existir dientes supernumerarios o adicionales. El alineamiento defectuoso o maloclusión se puede producir también después de la erupción. Debido a que la posición de un diente en la mandíbula no es estática, la pérdida de una pieza dentaria puede hacer que los dientes adyacentes se inclinen hacia el espacio vacío y el diente correspondiente del maxilar opuesto continúe su crecimiento en dicho espacio.

Esta desviación es posible debido a que el diente está sujeto al maxilar por las fibras elásticas cortas de la membrana periodontal. Los dientes están sometidos a un amplio rango de movimientos mandibulares, que son posibles gracias a las articulaciones cóndilo glenoideas de la mandíbula. Por lo general, cada diente está protegido por los dientes vecinos y opuestos que permiten igualar las fuerzas de la movilidad mandibular y evitar los desplazamientos de su posición. Cuando existe una maloclusión severa, los ortodontistas, especialistas que corrigen las irregularidades dentarias, pueden conseguir que los dientes recuperen su posición original (véase Odontología).


6. - Caries dental





Los dientes son susceptibles de sufrir un proceso de putrefacción (caries dental). La bacteria acidogénica oral, que siempre está presente en la boca, reacciona con los hidratos de carbono para formar ácidos capaces de disolver el esmalte. La desintegración del esmalte permite la penetración de otras bacterias en la dentina. Con el tiempo, la caries origina una cavidad, o agujero, en la estructura del diente. La extensión de la caries produce la infección del tejido de la cavidad pulpar que al final conduce a necrosis o formación de abscesos, que si no se detiene pueden llegar a afectar al maxilar. El proceso de las caries se acompaña de la formación de gases putrefactos. Si se obstruye la entrada en la cavidad pulpar, se produce un dolor severo a medida que aumenta la presión de los gases. En muchos casos, el diente se puede tratar con terapia del conducto radicular que elimina el material infectado que se encuentre en él. En los casos graves el diente se extrae.

Es necesario que el tratamiento dental sea precoz para evitar complicaciones serias, ya que los dientes, a diferencia de la mayoría de otros órganos, no son capaces de regenerarse. Sin embargo, es posible restaurar el diente; para ello, se elimina el material necrosado de los dientes y se sustituye con un material inerte de relleno. El relleno puede ser de oro, plata, amalgama, porcelana, cemento sintético o plástico. Algunas veces los dientes dañados o enfermos se enfundan, es decir, se coloca una corona nueva o se cubren con un material apropiado. En los últimos años, es muy habitual el implante de dientes falsos en el lugar de los dientes dañados.
La higiene dental adecuada y las revisiones periódicas ayudan a prevenir que los dientes enfermen. Una dieta bien equilibrada con un aporte mínimo de hidratos de carbono puede reducir las infecciones dentales. El cepillado de los dientes después de las comidas para eliminar los residuos de alimentos ayuda a reducir las caries. Los dientes se deben cepillar en la dirección de su crecimiento para evitar la irritación de la encía.


7. - Descubrimientos recientes





En 1949, los científicos demostraron que la aplicación directa sobre la superficie de los dientes de una solución de fluoruro de sodio al 2% reduce en un 40% la caries dental. Los experimentos indican que la adición de una parte de fluoruro en un millón de partes de agua potable disminuye hasta un 65% la incidencia de caries. Aunque con una fuerte oposición por parte de varios grupos, se ha demostrado que la fluoración frena de forma eficaz el desarrollo de caries dental en los niños (véase Flúor).


3. - ANATOMÍA COMPARADA





Los dientes y las mandíbulas articuladas suelen indicar un grado de desarrollo avanzado en la vida animal y, por consiguiente, nunca están presentes en animales inferiores, como las esponjas o medusas. Las formas más evolucionadas de dientes y maxilares de la vida animal se encuentran en el grupo de los mamíferos. Los dientes de todos los mamíferos, incluido el ser humano, están inmersos en un alveolo óseo en los maxilares y sujetos por la membrana periodontal. La mayoría de los mamíferos, excepto los roedores, tienen también dos series de dientes: los primarios y los permanentes.


1. - Estructura de los dientes de los animales





Los dientes de los animales están formados por las mismas cuatro sustancias que los dientes humanos: esmalte, dentina, cemento y pulpa, aunque la composición y estructura de cada sustancia puede ser diferente en cada especie. Por ejemplo, en los caballos, toda la corona del diente es de esmalte en lugar de encerrar sólo la dentina y la pulpa.


2. - Tipos de diente animal





Los dientes de los animales han evolucionado en respuesta al tipo específico de alimentación y necesidad de masticación de cada especie. Algunos dientes se han especializado en diferentes tareas. Los animales que se alimentan de carne o de pescado, como el tigre, la foca y el perro tienen unos caninos muy desarrollados, es decir, dientes puntiagudos conocidos también como colmillos para sujetar a sus presas y desgarrar los músculos. Los herbívoros, como el ganado vacuno y el caballo tienen incisivos adecuados para cortar alimentos herbáceos o pulposos, y molares planos y anchos para triturar.

Algunos mamíferos y la mayoría de los peces y reptiles tienen dientes con raíz abierta que crecen de forma continua para reemplazar los dientes desgastados por el uso. Los roedores suelen tener algunos dientes anteriores con raíz abierta, al igual que los animales con colmillos del tipo de los elefantes y las morsas. Los castores utilizan continuamente los incisivos para cortar materiales para la construcción, y su crecimiento puede tener alcanzar hasta 1,2 m por año.

Muchos peces y reptiles tienen formas variadas de dientes, por lo general afiladas y cortantes, que utilizan para atrapar a sus presas. Varias clases de peces y reptiles pueden tener dientes que crecen sobre la lengua, el paladar o como un segundo conjunto en la garganta. Los dientes de los cocodrilos y de los caimanes están implantados de forma firme en los maxilares, de forma similar a los de los seres humanos. Las tortugas carecen de dientes y sólo presentan en ambos maxilares placas óseas duras con bordes afilados. Algunos anfibios sin dientes, como las ranas, pueden desarrollar un diente ovoideo que es utilizado por los animales jóvenes para abrirse paso a través del huevo. Estos dientes se pierden poco después del nacimiento y nunca reaparecen. Los reptiles venenosos, como las serpientes de cascabel, poseen unos incisivos bien desarrollados o colmillos que utilizan para inyectar el veneno en su víctima. De igual manera, los murciélagos vampiro tienen incisivos muy desarrollados.










Estructura de un diente





Los nervios y los vasos sanguíneos del centro de cualquier diente están protegidos por varias capas de tejido. La más externa, el esmalte, es la sustancia más dura. Bajo el esmalte, circundando la pulpa desde la corona hasta la raíz, está situada una capa de sustancia ósea llamada dentina. Un tejido duro llamado cemento separa la raíz del ligamento peridental, que sujeta la raíz y amortigua el diente contra la encía y la mandíbula.





Dientes definitivos





Los veinte dientes de leche de la boca de los niños, son reemplazados de forma gradual por las piezas definitivas, un conjunto de 32 dientes que se ilustran aquí. Los 8 incisivos (4 en la mandíbula superior y 4 en la inferior) tienen el filo recto y afilado para cortar y morder. Los 4 caninos puntiagudos están especializados en desgarrar. Los 8 premolares, una vez perdidos los dientes de leche, tienen superficies afiladas, como las que presentan también los 12 grandes molares. Los terceros molares, ausentes en algunas personas, se denominan muelas del juicio.






Anclaje de los dientes




Los dientes están anclados en la mandíbula por sus raíces, que se ajustan en el interior de huecos del hueso esponjoso. En un niño en edad de crecimiento, las raíces de los dientes de leche son absorbidas de forma gradual por el hueso. Cuando un diente de leche se cae, en realidad sólo se pierde la corona, desalojada por el nuevo diente definitivo que emerge de la encía. De izquierda a derecha están los dientes incisivos, los caninos, los premolares y los molares.




Dientes con caries dental




Esta vista del interior de la boca muestra caries dentales, que aparecen como zonas oscuras en la parte delantera de los dientes. El término caries dental se refiere a la destrucción, o necrosis, de los dientes y suelen estar causado por la acción bacteriana. El resultado de esta acción se conoce como caries dental. Las cavidades que forman la caries han sido rellenadas en los dientes posteriores para prevenir futuros daños en la dentadura.



Dientes de un caballo



La serie semicircular de incisivos bien formados, pertenece a un animal cuya dieta consiste en hierbas. El caballo utiliza estos dientes frontales para cortar su alimento cerca del suelo. Su inclinación hacia fuera se incrementa con la edad del caballo, lo que proporciona un método seguro para determinar su edad. En la parte posterior de la mandíbula están los molares con grandes superficies afiladas.




Cráneo de un carnívoro





En los carnívoros, la parte frontal del cráneo tiene un par de dientes caninos bien desarrollados y la mandíbula inferior se mueve sólo en dirección vertical, lo cual facilita la captura, la muerte y la sujeción de sus presas. Los premolares y los molares se localizan hacia la parte posterior de la boca; trituran y mastican la comida para que pueda ser ingerida y digerida de forma conveniente.




Cráneo y dientes de un castor





El cráneo del castor tiene dos tipos de dientes muy distintos. Los grandes incisivos, modificados para roer, dominan la zona frontal de la boca; mientras que los molares planos, situados en la parte posterior de la boca, están especializados en la trituración del alimento.


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